Esto dijo el pollo chiras
Esto dijo el Pollo Chiras cuando lo iban a matar:
"Dése breve, mi señora, ponga el agua a calentar";
Un carbón eche a la estufa y no cese de soplar,
que nos va cogiendo el día y el señor viene a almorzar.
Pero escúcheme una cosa que le quiero suplicar;
el pescuezo no me tuerza como lo hace Trinidad.
Hay mil medios más humanos
de dormir a un animal
y de hacer que dure el sueño por toda la eternidad.
Cumpla, pues, buena señora
mi postrera voluntad,
y despácheme prontito sin dolor y sin crueldad".
La señora que era dama de extrema caridad,
se quedó muy confundida al oír lo dicho atrás.
Estudió el asunto a fondo,
consultó una autoridad,
se leyó varios volúmenes
en inglés y en alemán;
Compró frascos, ingredientes,
un termómetro, un compás,
dos jeringas hipodérmicasy no sé qué cosas más.
Y en ensayos y experiencias
en tubitos de cristal,y en lecturas y consultas
todo el tiempo se le va.
Mientras tanto el Pollo Chiras
canta alegre en el corral:
"Dése breve, mi señora,
ponga el agua a calentar!".
Victor Eduardo Caro(Colombia 1877-1944)
Nací en Bogotá, calle de Santa Ana (6 de marzo de 1877), en época de lágrimas: el país se hallaba ensangrentado por la guerra. Mi madre, gravemente enferma y mi padre perseguido y escondido. Fui un niño débil, pálido, esquivo y tímido. A los seis años aprendí a leer solo en las columnas de El Conservador.
Entre los diez y los veinte años, pasé por las escuelas de la Hermana Himelda y por el Colegio de Colón de don Víctor Mallarino, de los cuales salí sin saber nada, pero sin haber perdido la inocencia. Hice, o me soñé hacer viaje al exterior. En Milán conversé con César Cantu, en París compartí un pan con Verdi, y en Roma fui acariciado por León XIII.
Entre los veinte y los treinta años tuve un momento de prestigio social y padecí una crisis de romanticismo. Bailé mucho, hice malos versos, lloré a escondidas y me enamoré perdidamente de algunas beldades, cuyos nietos leen hoy a Chanchito. Trabajé unos meses al lado de Alfonso López.
Entre los treinta y los cuarenta vi partir de este mundo a las prendas que más he amado, y llegar a él a las que más amo. Publiqué (1911) una traducción del italiano y un tomo de sonetos (1915), que no se vendieron, pero que se agotaron.
Entre los cuarenta y cincuenta dirigí (1922-23), sin ser ingeniero, la Escuela de Ingeniería, e ingresé, sin ser literato (1923) en la Academia Colombiana: cosas de esta tierra. Estuve al frente, por cinco años, de Santa Fé y Bogotá (1923-28) y tuve en su dirección por compañeros a Raimundo Rivas, Daniel Samper Ortega, Eduardo Guzmán Esponda, Daniel Arias Argáez y Marcelino Uribe Arango.
Me encuentro entre los cincuenta y los sesenta, y aún no sé para qué nací. Hace un año fundé a Chanchito. Tengo una pequeña propiedad El Mochuelo; un tesoro, mi familia; un orgullo, mis amigos; y un doble culto: el de los muertos y el de los niños. Gracias a las oraciones de éstos y a las influencias de aquéllos, espero cuando muera, entrar al cielo sin hacer antesala en el purgatorio. Amén.
Esperamos les guste esta poesía , muy ocupados por estos días , pero prometemos estar mas con ustedes en los proximos dias , con nuestras novedades y los nuevos proyectos
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